OPINIÓN INVITADA: La falta de una Derecha derecha y la disyuntiva del PAN

Por: David Soto

El Partido Acción Nacional se encuentra ante una de sus peores crisis desde su fundación.

En aquellos años, en sus inicios, pensar en un partido que compitiera contra el régimen hegemónico era impensable, nada viable que pudiera existir, y menos durante el tiempo de vida que lleva Acción Nacional.

Fueron tiempos complicados, en los que la tenacidad de liderazgos como Manuel Gómez Morín, Efraín González Luna, Luis Calderón Vega y otros ilustres mexicanos vieron la necesidad de crear una nueva opción que permitiera la institucionalización de la democracia, muy evitada entonces.

Fueron años de lucha, los que poco a poco los llevaron a conquistar escaños políticos. Sí, conquistar, porque nadie les regaló nada, se lo ganaron a pulso y la ciudadanía comenzó a darles esa oportunidad que tanto habían solicitado.

Poco a poco, al Partido Acción Nacional se le fue dando el mote de partido de derecha, alineado al fascismo de la época. La irrupción de la Organización Nacional del Yunque fue, en una primera parte, la vacuna que lo potenció para después desahuciarlo.

Con la llegada de Vicente Fox, miles de mexicanos, esperanzados en que efectivamente diera un cambio en la política mexicana, quedaron desilusionados por las formas y prácticas de su gobierno.

Soy de los que comparte la idea de que en seis años un país no se puede reestructurar desde sus raíces; sin embargo, tampoco sentaron las bases que permitieran desplegar esa plataforma.

Ya los amigos de Fox, bajo el ala de ese denominado “neopanismo”, daban una muestra de lo que sería ese partido de “cambio”. La prensa y los críticos de Acción Nacional denunciaban a los “nuevos ricos” que fueron las familias que monopolizaron el PAN. Se daba inicio con la agencia de colocaciones, como lo denunció Luis Paredes, y con la debacle ideológica de Acción Nacional.

Liderazgos nacionales como Damián Cepeda y Jorge Romero, así como cuadros locales como Carlos Olson, han sido enfáticos en que el PAN tiene que replantearse su existencia y regresar a los orígenes ideológicos que le dieron vida.

Como mencionamos antes, a este partido siempre se le ha considerado de derecha. Desde 2011, surgió la figura de Agustín Laje, un joven argentino que hacía sus primeros “pininos” en las radios de su país y del que nadie esperaba mucho. Bueno, pues este Laje, ya convertido en un politólogo de talla internacional, despotricó contra la hipocresía del PAN después de que se deslindaron de un evento en el Senado, donde estuvo presente Santiago Abascal del partido VOX en España y claramente de derecha, con quien primero se tomaron fotos y luego se deslindaron del evento.

Laje comenta que las cúpulas panistas son las que han llevado a esa crisis y pérdida de identidad por no afianzarse en los postulados que les dieron vida como opción política.

Para la subsistencia de Acción Nacional, es necesario cortar con esos liderazgos tibios.

Efectivamente, tienen que hacer una pausa y replantearse la vida del partido. Lo decimos con todas sus letras: si el Partido Acción Nacional no vuelve a sus orígenes, no decimos que vaya a desaparecer, pero ese cáncer del cual parece haber enfermado lo irá afectando poco a poco en su participación política.

Las fuerzas de derecha en México ya no ven en el PAN ese ente de lucha que les podía dar espacios para posicionar su ideología.

La crisis es de tal magnitud que figuras como Eduardo Verástegui están trabajando en la creación de un partido de derecha, porque para él y para varios el PAN ya no es opción.

Localmente vimos la creación de México Republicano, que, al analizarlo, se trataba de un partido de derecha al cual le faltó plataforma para poder penetrar. Ahora bien, recordemos que Chihuahua es un estado donde aún existe un poco de fortaleza en el PAN.

Finalmente, la sentencia es muy clara: o se regresa a los orígenes, con todo y lo políticamente incorrecto que sea ser de derecha, o el PAN pasará a la historia para convertirse en el bufón que quiso ser lo que no era.

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