Por: Julia Anzorena
Comenzamos otro martes de vacaciones, y mi recomendación para este período vacacional es que, dentro de todo el caos de la rutina diaria, te des un respiro que te haga sentir bien durante el día.
Puede ser tomar un vaso de tu refresco favorito, un buen café, algún té, comer algunas papitas o un pedazo de pan. Esto en cuanto a un gusto al paladar, que tengas antojo desde hace tiempo y que, por azares de la rutina, no te has podido dar el gusto.
No permitas que tu mente te recrimine con pensamientos de que vas a engordar o subir de peso. Creo que ese pensamiento traerá otra carga mental más; tómalo como una caricia a ti misma.
Si en el aspecto del gusto no te llama la atención darte ese respiro, puedes hacerlo con alguna actividad concreta que te guste, como barrer tu patio o cochera sintiendo el agua en tus pies (pareciera que no, pero te beneficia doble: te quita el calor y te hace tocar base). Inténtalo.
También puedes regar aquellas macetas a las que no les has podido poner mucha atención, poner una canción que te guste de tus años de adolescencia, y si la emoción se apodera de ti, también vendrá bien cantarla a todo pulmón.
Solo por un ratito, y verás que retomar la limpieza o la preparación de la comida te será más placentero, pues ya te habrás hecho un regalo de ti para ti.
