El regreso a clases este 1 de septiembre marca no solo el fin de las vacaciones de verano para miles de estudiantes en Chihuahua, sino también el inicio de un periodo en el que los desafíos que enfrenta la administración estatal se hacen más visibles y apremiantes. La dinámica escolar, con su inevitable concentración de niñas, niños y jóvenes en espacios reducidos, coloca sobre la mesa problemas que no pueden posponerse.
El primero de ellos es el sarampión. Aunque las campañas de vacunación y prevención han mostrado avances, el riesgo persiste y se amplifica con el reagrupamiento escolar. Si bien los pronósticos del Servicio Meteorológico Nacional auguran un invierno sin temperaturas extremas, no se puede bajar la guardia: es en esta temporada cuando las enfermedades respiratorias encuentran mayor terreno para propagarse. La autoridad sanitaria deberá redoblar esfuerzos para que la convivencia escolar no se convierta en un catalizador de contagios.
Otro de los retos, aunque de naturaleza distinta, toca de lleno la vida cotidiana de los chihuahuenses: la deficiente infraestructura de los semáforos. La polémica sobre su mal funcionamiento no es nueva, pero cobra fuerza al inicio de un ciclo escolar donde la movilidad urbana se multiplica. Los semáforos no son un detalle menor, sino un elemento esencial para garantizar seguridad, orden y fluidez en la circulación. La administración de Maru Campos enfrenta aquí un problema que, aunque tiene su origen en limitaciones presupuestales y de personal, exige soluciones inmediatas y sostenibles.
No se trata de retos aislados, sino de situaciones que, mal atendidas, repercuten en la vida de estudiantes, familias y ciudadanos en general. La salud y la movilidad son dos pilares que sostienen el día a día de la ciudad. Atenderlos con visión y responsabilidad no es solo una obligación de gobierno, sino también un compromiso de la sociedad, que debe participar activamente en la prevención y el cuidado de lo público.
El semestre apenas comienza, y con él la oportunidad —y la exigencia— de demostrar que los problemas pueden enfrentarse con decisión, antes de que se transformen en crisis.
